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La carrera espacial 7ª parte:  Proyecto Apolo (primera parte)

 

El programa Gemini, había cumplido sus objetivos.

Quedaba demostrado que:

1- Era factible y seguro hacer acoplamientos entre diferentes naves (probado con las cápsulas Gemini y los módulos Agena) por lo que se podría diseñar un módulo de descenso lunar más pequeño que sería recibido por un módulo de mando que estaría esperándolo en órbita lunar para emprender juntos el viaje de regreso

2- Se había demostrado que eran seguras permanancias prolongadas de más de una semana en el espacio. Tiempo necesario para cubrir el tiempo de un vaije de ida y vuelta a la Luna.

3- La EVA de más de 5 horas realizada por Aldring durante la missión Gemini XII demostró que con un buen entrenamiento se prodían soportar programas de exploración en condiciones de microgravedad sobre la superfície lunar.

4- Que el homdre era capaz de maniobrar un vehículo espacial

5- Que los pilotos de la nave, podían controlar el proceso de reentrada mejorando  la precisión del lugar de aterrizaje/amaraje

 

No eran misiones que podamos considerar de espectaculares pero que preparaban el camino hacia la Luna.

 

Durante el programa Mercuri y Gemini se usaron coetes lanzadores derivados de los usados con fines militares (Redsone, Atlas en el caso del Mercuri y Titan en el caso de las Gemini) quedaba claro, que para el nuevo proyecto de viaje a la Luna, no existía misil capaz de hacer volar una carga similar a la cápsula Apolo con el módulo de comando, el módulo lunar y el de servicio con tres astronautas con todo su equipamiento.

Se tenía que diseñar un cohete lanzador exclusivamente para el programa Apolo que culminaría con el nacimiento del SATURNO V.

 

El nacimiento del proyecto Apolo se remonta a finales de la década de los 50. Von Brawn ya trabajaba en la creación de un lanzador capaz de enviar a un hombre hacia la órbita lunar pero el discurso de Kennedy del 1961 hizo cambiar los planes pues requería además que fuera capaz de hacerlo bajar sobre su superfície.

 

La configuración del vuelo no estaba definida. Lo que estaba claro es que se requería un supercohete capaz de poner en órbita una carga de unas 130 toneladas y de generar una potencia de 3 millones y medio de Kg.

Puede que las cifras no nos digan gran cosa pero debemos considerar que por aquel entonces eso representaba unas 30 veces más que el mayor de los lanzadores disponibles: el Delta 2.

Así nació el Saturno V el más grande y potente cohete aún jamás construido. Y fabricado exclusivamente para el programa Apolo. Una mole de 110 metros de altura, 10 de diámetro, 3 millones de Kg y capaz de generar una fuerza de 3500000 de Kg. Es unas 30 veces más potente que el actual transborador espacial o que el propio Ariane 5. Sería capaz, por ejemplo, de poner una carga en órbita de 130 toneladas y de enviar unas 45 a la Luna.

La primera prueba con éxito se realitzó el noviembre del 1967 y desde 1971 ya no se ha vuelto a fabricar.

 

Algunos hasta cuestionaros la posibilidad de su fabricación.

Este es quizá el principal argumento que hizo ganar la carrera hacia la Luna a los EUA. Los soviéticos, por contra, fracasarían en su intento de construir su supercohete: el N-1.

 Durante los inicios del programa Apolo, no se tenía muy claro el diseño de la misma pero lo que sí estaba claro era de la necesidad del superlanzador.

 

La trayectoria escogida para la nave se decidió en base a la seguiridad de la misma. Ésta se garantizaba mediante una trayectoria de órbita lunar que mantenía durante gran parte de la misión una trayectoria de regreso libre, descartándose un vuelo de trayectoria directa aún siendo más rápida.

 La configuración del cohete y de la cápsula Apolo también se discutía.

En quanto al propio cohete se decidió por uno de tres etapas pues era lo que se hacía por aquel entonces propulsado con combustible químico (queroseno-oxígeno para la primera etapa compuesta de 5 motores F-1  e Hidrógeno-oxígeno liquidos para los 3 motores J-1 de la segunda etapa y del único motor de la trecera).

Se construía también el lanzador Saturno I, menos potente, compuesto de solo dos etapas para los vuelos de prueba realizados en órbita terrestre.

Se desestimador otros proyectos como el NERVA con propulsión nuclear por considerarse que esta tecnología no estaría lista y operativa dentro del plazo exigido por Kennedy.

También se desestimaría la creación del lanzador NOVA de una potencia el doble del propio Saturno V.

 

La cápsula Apolo a su vez se componía de tres módulos:

- El módulo de mando. El único que reentraría en la atmósfera

- El módulo de servicio con las células de combustible, agua y oxígeno así como el motor que la llevaría en dirección a una órbita lunar sacándola de la órbita de aparcamineto terrestre.

- El módulo lunar de pequeñas dimensiones que descendería a dos astronautas sobre la superficie lunar y los llevaría de regreso al encuentro del modulo de mando que estaría orbitando la Luna unido al de servicio. El módulo lunar a su vez se componía de dos etapas. La etapa de descenso con los retrocohetes que amortiguarían el alunizaje y el de ascenso. Este se separaría del de descenso en el momento de liberarse de la atracción lunar para emprender el viaje de regreso al encuentro con el de mando. Una vez pegados los tres módulos, emprenderían juntos el viaje de regreso. Cerca de la Tierra, se desprenderían entre sí, para que sólo el módulo de mando –el único provisto de escudo antitérmico para soportar las altas tenperaturas de la reentrada- amerizara. 

NOTA: Esta capítilo así como el resto de esta serie, no hubiera sido posible sin la ayuda de los libros: "Historia y Tecnología de la Exploración Espacial" ed. Cockpitstudio y "Houston, Tenemos un Problema" ed. elrompecabezas de Javier Casado y "Hombres en el Espacio. Pasado, presete y futuro" ed. Mc Graw Hill de Luís Ruíz de Gopegui.

                                         

© Copyright Daniel Bosch Portell - 2009